El año que los pasos fueron carabelas
Luis M. Onieva recuerda la Semana Santa que acabó la víspera del inicio de la Expo Los Santos Entierros Grandes anteriores los organizaron su suegro y el suegro de su suegro
EL 20 de abril de 1992, lunes, se inauguró la Exposición Universal de Sevilla. El 19 de abril, Domingo de Resurrección, Paco Ojeda triunfó en la Maestranza y Gordillo jugó su último partido en el Madrid. El 18 de abril de 1992, Sábado Santo, se celebró el Santo Entierro Grande para conmemorar el quinto centenario de la Evangelización de América.
Si alguien sabe de Santo Entierro Grande es Luis Miguel Onieva (Sevilla, 1960), hijo de accitanos, gentilicio de los nacidos en Guadix, la tierra de sus padres y de sus dos hermanos mayores. En términos biológicos, porque a partir de ahora esa expresión, hermano mayor, se referirá a quien lleva las riendas de una cofradía. Luis Miguel entró en el Santo Entierro en 1977, procesionando por primera vez de acólito incensario.
1977 es una fecha clave. Ese año comienza la carrera de Derecho, compañero de promoción de Alberto Jiménez-Becerril, con quien también coincidió en el Portaceli. Entra en la hermandad de la que será hermano mayor entre 2005 y 2013 el año de un Sábado Santo en que Adolfo Suárez legaliza al Partido Comunista. El mismo 1977 en que Vicente Aleixandre obtiene el Nobel de Literatura. El poeta nacido en el Palacio de Yanduri, a dos pasos de donde desde 1992 Luis Miguel Onieva tiene su despacho de abogado. Contados, son 55 los pasos que separan este despacho profesional del Consejo de Cofradías. Despacho que desde 1999 comparte con Teresa Mira, su esposa.
Sabe del Santo Entierro Grande porque el de 1965 lo organizó su suegro, Filiberto Mira, y el de 1948 el suegro de su suegro, Francisco Abaurrea Álvarez-Ossorio. En su etapa de hermano mayor, propusieron al arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, organizar un Santo Entierro Grande coincidiendo con el Año de la Fe, "pero Palacio prefirió un Viacrucis excepcional". Que no se celebró por la lluvia.
Lo ha sido todo en el Santo Entierro: hermano de base, prioste, diputado de Caridad, de Culto, consiliario. "Llegó un momento en que o me echaban o me nombraban hermano mayor". Encaje de bolillos. La técnica de las encajeras de Almagro o las palilleiras de Camariñas es la mejor manera de referirse a una procesión de esas dimensiones. "Fue complejo, cuatro cofradías y catorce pasos en el cortejo, pero todo se soluciona al final. Se optó por un cortejo más limitado de nazarenos y sin bandas de música".
Este año se cumplen diez años del último Santo Entierro Grande, el de 2004, que conmemoró el cuarto centenario de la primera estación de penitencia de 1604 sujeta a las normas del arzobispo Niño de Guevara que ponía fin "al caos y el maremagnum".
El Sábado Santo siempre irá unido en los libros de Historia a la legalización del Partido Comunista, pero esta hermandad ya vivió sin traumas su particular transición. "Yo entré después de que se hubiera producido la refundación de la cofradía, que se desmarcaba del peso que tenía el Ayuntamiento, cuando el alcalde era teniente de hermano mayor".
Una transición que puso fin al numerus clausus en virtud del cual no se podía pasar de cien nazarenos. "Había nazarenos a los que se les pagaba por salir, para establecer un cierto colchón entre la cruz de guía, la Canina y el paso de duelo". El gran artífice de aquella refundación, primer hermano mayor después del cambio, fue José Jesús García Díaz, popularmente conocido por Pepito Caramelo porque también asumió la transición en la Cabalgata de los Reyes Magos.
Onieva es especialista en Derecho Civil y Mercantil, que enriqueció con las clases de Manuel Olivencia. "Mi hermano Alberto era íntimo amigo de su hijo Luis, que acaba de fallecer". Teresa Mira Abaurrea, su esposa, lleva asuntos de Derecho Penal y Matrimonial. Puede considerarse un master de esta segunda disciplina las bodas de plata de su matrimonio que celebran en otoño.
Mañana se cumple un nuevo aniversario de la inauguración de la Expo. "En enero del 92 nació mi hija Lola, y eso condicionó un poco nuestra relación con la Expo". Después nacerían Teresa y Ángela. El 27 de abril de 1992 tuvo lugar la prueba del alumbrado de la Feria. "No recuerdo un solo día de mi vida con uso de razón que dejara de ir a la Feria". Con un grupo de amigos comparte la caseta El Zafacón, que tiene una prehistoria cofrade. "Según el diccionario, es un cubo de basura grande que contiene residuos sólidos. Cuando volvíamos de la estación de penitencia, nos tomábamos un bocadillo y una cerveza. Para que se enfriara, echábamos hielo en un cubo y el director espiritual, Fray Serafín, nos exortó a que lo limpiáramos porque ese zafacón olía a taberna".
Es el cofrade que está más próximo al Consejo de Cofradías. Uno de los yernos de "la auténtica presidenta del Consejo", como llama a su suegra. No es para menos. El marido de Teresa Mira Abaurrea, una de las hijas de Filiberto, fue hermano mayor del Santo Entierro; el marido de Carmen Mira Abaurrea, Antonio Barrero, lo es de San Roque; el marido de Reyes Mira Abaurrea, José Manuel Berjano, hermano del pregonero, es de la junta de gobierno de Veracruz. Y Guillermo Mira Abaurrea, hijo del popular radiofonista, fue hermano mayor de San Isidoro y ha sido pregonero de los cultos de la Candelaria.
Antonio Domínguez Rodríguez fue el hermano mayor al que le correspondió organizar el Santo Entierro Grande de 1992, cuando Sevilla centró las miradas de todo el mundo, de sus líderes políticos, culturales y religiosos. En la antevíspera del alumbrado cartujano.
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