Los mitos del costal

Entre los pasos que más pesan se encuentran varios palios La ecuación es dividir costaleros por kilos.

Cuadrilla de costaleros de la Sed, ayer durante la estación de penitencia de la cofradía de Nervión.
Cuadrilla de costaleros de la Sed, ayer durante la estación de penitencia de la cofradía de Nervión.
Juan Parejo

17 de abril 2014 - 01:00

UNA de las grandes incógnitas de la Semana Santa es cuánto pesan los pasos. Siempre, a los más pequeños, les ha llamado la atención los grandes pasos de misterio, como la Cena, la Exaltación o el Desprecio de Herodes de la Amargura. Pero el peso de los pasos depende de muchos factores. Sobre todo, del número de costaleros que vaya debajo. El volumen puede conducir al error. Los costaleros que más peso soportan suelen ser los de los palios y, según en la zona que vayan, sufrirán más o menos. En los pasos de palio es la delantera la que aguanta más kilos y en los de Cristo es la trasera. La diferencia puede llegar a ser de hasta 200 kilos.

Dos capataces, Alejandro Ollero y José Antonio García de Tejada, empezaron hace años a pesar los pasos mediante unas básculas especiales para camiones que contaban con cuatro medidores independientes. Actualmente se han pesado cerca de un 70% de los pasos, aunque son muchas las dificultades que se presentan, puesto que no todos los capataces están dispuestos a que se conozcan los datos. "Se pueden caer muchos mitos", asegura Alejandro Ollero. Según las mediciones hechas hasta ahora los pasos se podrían clasificar según tres categorías, siempre calculando el peso que soporta cada costalero. Los livianos, con menos de 30 kilos por hombre.; los medianos, con hasta 40 kilos; y los pesados, en los que los costaleros soportan más de 50 kilos. "Entre los más pesados se encuentran unos pocos pasos de palio. Lo palios más altos son los que más pesan y el abultamiento no tiene que ver con el peso. Por lo general, los pasos antiguos son más pesados que los modernos", explica Ollero, capataz de la Virgen de la Amargura, uno de los pasos más duros.

El trabajo desarrollado hasta la fecha -actualmente sólo sigue García de Tejada- ha revelado importantes datos. La zona dura de los palios es la delantera, obviamente por las candelerías, aunque en las últimas décadas se ha aliviado bastante, ya que los profesionales debían soportar candeleros de hierro, mientras que ahora son de materiales nobles mucho más livianos. En los pasos de Cristo y misterio suele ser la trasera, donde se acumulan más figuras y elementos, la que más kilos soporta. "Por ello, en los tiempos de los profesionales había una casta especial de costaleros que podían ir tanto en la trasera de los Cristos como en la delantera de los palios".

En los últimos años se ha impuesto la moda de añadir más trabajaderas a los pasos para que, supuestamente, los costaleros soporten menos kilos. El último caso es de la Macarena, que contará este año con siete palos, sumando 42 costaleros. Según Ollero, hay que tener en cuenta dos consideraciones: "Hay capataces que prefieren aliviar el peso y por eso meten otra trabajadera, y otros que persiguen que los costaleros trabajen a gusto aunque tengan que cargar más peso". La inclusión de más trabajaderas también lleva aparejada que la cuadrilla sea más joven. La edad media en los pasos de Cristo es mucho más elevada, por ejemplo.

En la actualidad hay hermandades que cuentan con dos, incluso tres, cuadrillas completas. Esto hace que haya muchos más relevos entre los hombres, mientras que antiguamente un profesional no se salía. "Esto ha producido que se haya abierto la mano en la selección. Ahora también hay muchos compromisos. El costalero que es virgen tampoco puede aprender porque hay muchos menos ensayos". A la hora de confeccionar las cuadrillas hay capataces que prefieren tener una "alta" y otra "baja". Hay otros que se decantan por tener dos, pero iguales. Es el caso de Ollero: "Se hace así buscando el lugar en el que hay que poner a los hombres que van a soportar más kilos".

Luego, hay muchas circunstancias que inciden en el peso que tienen que soportar los costaleros que, además, fluctúa en función de las características y condiciones de las calles. "El adoquín es lo peor de todo. En los pasos de silencio el trabajo se hace muy duro. Por eso los costaleros le tienen mucho respeto a la Catedral. El calor del público para que el hombre se venga arriba es fundamental. En los pasos que más pesan el capataz y los costaleros salen mucho más concentrados. En el momento que dejan de estarlo llega la guadaña".

Todas las innovaciones y las nuevas formas que se han impuesto en el mundo del costal hacen, según Ollero, que se esté volviendo al modelo anterior, aunque incorporando más relevos. También se está perdiendo la espontaneidad: "Antes las cofradías tenían su sello que se están perdiendo. Todo es mucho más homogéneo. Se ha igualado, en los palios sobre todo".

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