El temporal deja al descubierto restos fósiles de hace seis millones de años en Huelva
Corresponden a un cetáceo del periodo Mioceno y se encuentran en un talud de tierra junto a la carretera de Lepe
El temporal de lluvia y viento que afectó en las últimas semanas a Andalucía, y con especial incidencia, a la costa de Huelva, ha dejado al descubierto unos restos fósiles que los primeros estudios datan con una antigüedad de unos seis millones de años. Los restos se han localizado en la carretera que une el municipio onubense de Lepe con el puerto pesquero de El Terrón, y corresponderían a un cetáceo de unas dimensiones aún no especificadas, sin saber además si hay más animales fosilizados en la misma zona. Los huesos se encuentran en un talud de tierra junto a la carretera cuya pared lateral se ha derrumbado por la lluvia, dejando los restos al aire libre.
Inicialmente, los restos se han datado en el periodo Mioceno, el cuarto período geológico de la era Cenozoica, que comenzó hace 23,03 millones de años y terminó hace 5.332 millones de años.
Efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) ya han realizado sobre el terreno un primer estudio del hallazgo, a la espera de realizar un estudio paleontológico más amplio en los próximos días.
No es la primera vez que se encuentran restos fósiles en el municipio de Lepe. Así, en 2007 se halló el fósil de un cráneo de una especie de ballena extinguida hace dos millones de años. Fue un cráneo de un cetotherido, un tipo de ballenas barbadas (sin dientes) pequeñas, algunas de poco más de un metro. El resto fósil encontrado tenía unos 50 centímetros de longitud (se estima en 90 centímetros su longitud total), y el tamaño estimado del animal sería de unos 3 o 4 metros.
Este tipo de fósiles suelen aparecer en los mismos niveles estratigráficos que las ballenas balaenopteras, de rasgos anatómicos muy parecidos a las actuales ballenas azules. Este descubrimiento vino a confirmar que el registro paleontológico de Huelva tiene un amplio espectro de fauna primitiva del Plioceno, porque hasta entonces todas las ballenas encontradas eran de la familia de las actuales y este grupo no había salido en la península.
Hasta esa fecha, los numerosos restos fósiles de cetáceos que se habían encontrado en Huelva pertenecían a la familia Balaenopteriidae, y entre ellos destacan los localizados en Cabezo de la Joya, en Huelva capital, o en la ribera de La Nicoba entre San Juan del Puerto y Trigueros. Este grupo de ballenas apareció unos 15 millones de años después de los cetotheridos.
Otro hallazgo de relevancia fue una piña de pino canario con más de 4 millones de años de antigüedad. El fósil fue descubierto por José Antonio Llamas, colaborador en la campaña de campo desarrollada en la zona, junto con otros restos como fósiles de bivalvos, gasterópodos o huesos de ballenas, es decir, una fauna típicamente marina.
El hallazgo es de gran relevancia por ser el primer ejemplar de piña fósil que se encuentra en la cuenca del Guadalquivir, así como por tratarse de una piña de la especie Pinus canariensis o pino canario (de hasta 30 centímetros de longitud, con escamas de tipo hexagonal entre las que aparecen posiblemente los piñones), del que sólo se han encontrado ejemplares en Guardamar de Segura y Rojales (Alicante), pero con una antigüedad de 2 millones de años. Por ello el ejemplar de Huelva pasaría a ser el más antiguo de la península, y ambos hallazgos constituyen los únicos restos en el sur de Europa.
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