Los fantasmas rondan a Carbures
La suspensión de la cotización en un MAB cuestionado llega cuando negociaba un préstamo para su expansión y preparaba su paso a la 'primera división' de la bolsa
Carbures vive uno de los momentos más delicados de su historia. La firma especializada en la fabricación de piezas de carbono para el sector aeronáutico y automovilístico, que tiene entre Jerez y El Puerto su centro decisorio, afronta unas semanas claves para su futuro puesto que deberá demostrar su solvencia financiera. Las dudas suscitadas por la auditora Pricewaterhousecoopers Auditores SL (PWC) a las cuentas de 2013 y las previsiones de ingresos por el contrato suscrito con una compañía china han hecho saltar las alarmas sobre una firma acostumbrada a dar solo buenas noticias por su rápida expansión.
Lo peor es que la suspensión de su cotización en el MAB (Mercado Alternativo Bursátil), una especie de segunda división de la Bolsa para empresas de reducida capitalización, se produce en un momento en el que este índice está, precisamente, en el candelero. El detonante fue Gowex, la compañía especializada en el desarrollo de redes wi-fi que quebró tras conocerse que falseó sus cuentas durante años. Sin embargo no ha sido el único fiasco en los últimos meses. Le precedieron Zinkia (la productora del conocido 'Pocoyó') o Bodaclick, que acabaron en concurso de acreedores, y le han seguido firmas como Fachepi, una empresa alicantina en el desarrollo y comercialización de software de biometría por reconocimiento facial, que no ha disipado las dudas por algunos contratos que afirmó tener, y Ebyoss, un holding empresarial que anunció la adquisición de una empresa portuguesa descubriéndose con posterioridad que había falseado al alza las cifras de negocio.
Por lo tanto, la suspensión decretada el pasado jueves por el regulador bursátil tras el reconocimiento de Carbures que su auditor no tiene claras las cuentas de 2013 y que estas se verán seriamente afectadas ha generado que los fantasmas comiencen a rondarle. A esto se suma que la firma aún no ha presentado un informe auditado con las cifras del primer semestre -ha presentado un escrito de 11 folios donde anuncia un nuevo récord en su facturación-.
Desde hace meses, sus directivos repiten una y otra vez: "Carbures no es Gowex". El pasado mes de abril, la firma presentó unas cuentas consolidadas donde declaraba que en el pasado año tuvo una cifra de negocio que rondó los 25,3 millones de euros y unos beneficios antes de impuestos de 2,1 millones. Estas cuantías eran corroboradas por la propia auditora que en su informe resaltaba que estas expresaban "la imagen fiel del patrimonio consolidado y de la situación financiera" de la compañía. Eso sí, acto seguido advertía que su trabajo auditor se limitaba a la información aportada por la propia empresa.
Por lo tanto, ¿qué ha cambiado en seis meses para que PWC cuestione ahora las cuentas?. Lo ocurrido se encuadra dentro del objetivo de la compañía de dar su salto al mercado continuo, es decir, a la primera división del parqué nacional junto al resto de grandes empresas del país. Esto ha supuesto que haya tenido que volver a auditar sus cuentas para ajustarse a los parámetros que establece la normativa bursátil -de los parámetros del Plan Nacional Contable tiene ahora que adaptarse a las normas internaciones de información financiera-. Y ahí es donde ha saltado la controversia. Carbures sostiene que es una "discrepancia técnica" pero acto seguido reconoce el importante impacto económico que este cambio técnico conlleva.
PWC señala que la empresa no ha incluido en sus cifras los negocios de tres sociedades: Ansal Procons SL (que vende productos de la compañía), Industria de Materiales New Life SL (dedicada al reciclaje de residuos de carbono cuya denominación comercial es Materiable) y Sociedad de Investigación en Nanoestructuras SL (una firma dedicada a la manipulación de estructuras moleculares para aplicarlas a diversas materias). Para el auditor, estas forman parte del grupo Carbures y, por ende, deben incluirse dentro de las cuentas consolidadas; mientras, la compañía argumenta que son empresas externas ("terceros) con las que, eso sí, mantiene una estrecha vinculación ya que forman parte de su clúster tecnológico. La propia firma reconoce la notable repercusión que tendrían en sus cuentas las tesis de la auditora pues su cifra de negocio, en el peor de los escenarios, se podría ver reducida en un 45% y los beneficios declarados se convertirían en unas pérdidas de unos siete millones de euros, un escenario no tan atractivo para una empresa cuyo principal aval para hacerse mayor en el mercado bursátil es su continua expansión en un sector pionero. Ante esta advertencia, al regulador no le quedó otra que suspender la cotización para evita una más que previsible caída del valor de la acción. El martes se había quedado en 5,32 euros, casi dos euros menos cuando estalló el escándalo de Gowex y lejos de los 9,97 de marzo, que ha sido su máxima cuantía desde que está en el MAB.
A esto se une que la compañía está en negociaciones con varias entidades bancarias, entre las que se encuentra BBVA y Sabadell, entre otras, para un préstamo sindicado de unos 70 millones de euros que se destinará a financiar la expansión de la compañía. Oficialmente, la firma señala al respecto que todo continúa según lo previsto y que "nunca" ha tenido problemas de financiación, pero es obvio que el resultado de la auditoría influirá sobremanera en el devenir de estas conversaciones. Según las cuentas de 2013, Carbures tiene un pasivo financiero de unos 67 millones de euros, unos 15 millones con bancos y unos 33 millones de incentivos de entidades públicas y otras deudas con entidades no financieras. A corto plazo la cifra se rebaja a 21 millones.
También está por ver en qué cuantías queda el goloso contrato firmado con la china Hengrui puesto que también hay dudas sobre los ingresos incluidos en las cuentas del primer semestre (se incluyeron 19,6 millones).
Frente a todos estos fantasmas, Carbures trata de transmitir mensajes positivos. De hecho, afirma que fue su consejo de administración quien pidió al regulador la suspensión en el MAB para "proteger al accionista". El pasado viernes, un portavoz de la compañía apuntaba: "Son permanentes las conversaciones con la auditora y hay muy buen entendimiento; todo avanza de manera satisfactoria". Incluso señalaba: "Carbures se siente muy cómoda en el escenario de la suspensión; seguimos trabajando para aclararlo todo porque la auditora ha reconocido que no es un problema de flujo de caja". Finalmente, apuntaba: "Tenemos plena confianza en que todo se arreglará para saltar al mercado continuo. Mientras tanto, seguimos trabajando y fabricando piezas de aviones y automóviles".
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