Los diez folios que salvaron a Doñana

Varias cartas remitidas a Franco convencieron a éste para que parara la repoblación de eucaliptos

Ganado marismeño en un paraje de Doñana.
Ganado marismeño en un paraje de Doñana.
Pilar González (Efe)

24 de mayo 2014 - 05:04

Cuentan que Franco comenzó a cambiar de opinión al ser advertido por escrito de la siguiente manera: "El Coto de Doñana es, ante todo, una preciosa reliquia de naturaleza virgen, en cuyo seno se alberga quizás la más formidable y famosa comunidad zoológica que pervive en Europa...". Se trataba de un inusitado alegato ecológico de 10 folios, encuadernado en piel, que le entregó en mano el marqués de Bonanza, Manuel María González Gordon, apoyado por su hijo Mauricio, el bodeguero jerezano, amante de la naturaleza y propietario de unos terrenos en las marismas de la "preciosa reliquia".

Urgía salvar este enclave privilegiado para las aves migratorias de la repoblación de eucaliptos emprendida por el régimen a mediados de los 50 para producir celulosa bajo amenaza de expropiación a los propietarios de las tierras. El encargado de redactar la misiva, firmada por los González Gordon, no sería otro que Francisco Bernis, joven biólogo educado en la Institución Libre de Enseñanza y que con el tiempo llegaría ser catedrático de Zoología de vertebrados.

La pasión por los pájaros y por Doñana había unido a Mauricio González Gordon con Bernis y con el biólogo y activista ambiental José Antonio (Tono) Valverde, cofundadores los tres de la Sociedad Española de Ornitología, hoy SEO/BirdLife.

Fue en 1953 cuando se le entregó a Franco la citada misiva en la que sus impulsores decían que querían transmitirle sus "inquietudes más nobles" y de paso advertían de los riesgos que entrañaba el plan de repoblación previsto porque "... entonces Doñana quedaría condenada a desaparecer como gran paraíso cinegético y zoológico..."

Fuentes de SEO/BirdLife que han facilitado parte del texto de la carta recuerdan que Franco no dijo nunca nada al respecto, ni siquiera cuando recibió a González Gordon, pero la repoblación se empezó a frenar en lo que entonces era uno de los mejores cotos de caza de España, del que, por supuesto, era asiduo el propio dictador.

Unos años después y consciente de la importancia de este paraje andaluz, Valverde inició una movilización internacional para adquirir una finca, dentro de Doñana, de 6.000 hectáreas que permitiera crear una reserva con una estación biológica, con el fin de asegurar su conservación definitiva y alejarla de cualquier interés productivo.

Benigno Varillas, naturalista, escritor, biógrafo de Félix Rodríguez de la Fuente y editor de las memorias de Tono Valverde, recuerda estos hechos. La movilización dio como resultado que la recién creada WWF (Fondo de Conservación para la Naturaleza) respaldara el proyecto y recaudara 21 millones de pesetas, con el príncipe de Holanda como abanderado de la causa.

Inestimable fue el apoyo del naturalista suizo Luc Hoffman, como primer vicepresidente de WWF, y conocedor director de los valores del mayor humedal de Europa, además de amigo de Valverde.

Y de nuevo otra carta a Franco...

El príncipe de Holanda, consorte de la reina Juliana y a la sazón presidente de WWF, se encargaría de enviar la misiva, pero le pide a Valverde como conocedor de todos los detalles que redacte la misma. Cuando Franco la recibe necesita a su vez un asesor que la responda.Tarea que recae en Valverde, a quien no le queda más remedio que contestarse a sí mismo, allanando así el camino para la compra.

La reserva, dirigida por el propio Valverde, se creó en 1964. Cinco años más tarde sería declarado Parque Nacional, y en 1980 Reserva de la Biosfera.

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