La veta inexplorada del turismo sanitario

Sanidad

Una directiva comunitaria que entrará en vigor en octubre y prevé la libre circulación de pacientes europeos impulsará el sector.

Leonor García Málaga

08 de abril 2013 - 05:04

Hasta ahora Málaga tenía turismo de sol y playa, de golf, rural, de congresos o idiomático, pero le faltaba un segmento: el sanitario. Pese a que este subsector movió en 2013 en todo el mundo unos 90.000 millones de dólares, hasta ahora en la provincia es una veta inexplorada. "Es una mina de oro, pero hasta ahora no nos habíamos preocupado de explotarla", argumenta Miguel Such, cirujano cardiovascular que preside Malaga Health, una fundación sin ánimo de lucro nacida en octubre pasado con el objetivo de fomentar la provincia como destino de turismo sanitario.

Ya hace años que el prestigio de la sanidad malagueña atrae a pacientes, sobre todo europeos, tanto a los hospitales públicos como privados. Pero no se trata de alentar el turismo hacia los centros públicos -una práctica que justamente se pretende desterrar desde el Ministerio de Sanidad- sino hacia los privados, bien porque los usuarios tengan pólizas de seguro o afronten el coste de su bolsillo. Es decir, que generen riqueza en la provincia.

Y Málaga cuenta con todas bazas para conseguirlo: excelente clima, abundante oferta hotelera, buenas comunicaciones, sanidad privada puntera y excelentes profesionales.

"La idea es ofrecer sol, playa, operaciones, rehabilitación, salud, belleza... Desde un spa a neurocirugía. Un paciente puede venir a operarse la vista y a jugar al golf. Esto es a largo plazo, no es para mañana, porque hay que crear una imagen. Pero Málaga tiene todos los mimbres", esgrime Such. Entre esos mimbres hay dos datos fundamentales. Uno, que la provincia cuenta casi con la mitad de las camas sanitarias privadas de Andalucía y con el 42% de la planta hotelera de la comunidad autónoma.

Jesús Burgos, presidente de la Asociación de Clínicas Privadas de Málaga e impulsor Tourism and Health Spain, otra de las iniciativas surgidas el año pasado para atraer a la provincia pacientes extranjeros, apunta que "una buena estrategia de promoción y comercialización puede ser una importante fuente de empleo" para el sector sanitario y también para el turístico. Burgos recuerda que a principios del siglo XX, Málaga vivía de espaldas al mar, un recurso que ahora es el motor económico de la provincia. "En el siglo XXI, el turismo sanitario puede suponer algo parecido", vaticina el también gerente del Hospital CHIP.

Además de que Málaga cuenta con todos los elementos para atraer pacientes, hay un cambio legislativo a nivel europeo que puede dar un empujón a este segmento turístico. En octubre de este año entra en vigor la directiva comunitaria de asistencia transfronteriza que permite la libre circulación de pacientes europeos y facilita que los estados miembros afronten los gastos de la atención sanitaria brindada por otros países de la Unión a sus nacionales.

Pero tanto Malaga Health como Tourism and Health Spain, una sociedad limitada con ánimo de lucho, van mucho más allá. Aspiran a captar pacientes rusos, chinos, árabes, además de los europeos. Such recuerda que si el pastel del turismo sanitario suma unos 90.000 millones de dólares al año, "solo el 0,1% supone una fortuna". Una fortuna que ambas iniciativas pretenden que venga a Málaga.

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