"Prefiero la política en las redes sociales a una tras sus muros"

Antoni Gutiérrez-Rubí. Experto en Comunicación y asesoramiento político

Rajoy "no desea ser amado, sino visto como el líder tranquilo, el faro en la adversidad", así lo cree este gurú de la comunicación que defiende un 'reseteo' en el sistema democrático

Javier Gómez Málaga

25 de febrero 2013 - 05:04

Antoni Gutiérrez-Rubí es, eso que, seguramente a su pesar, se conoce como un gurú de la comunicación. El 80% de los encargos de la consultora que dirige llegan del extranjero, y la mitad son ya para empresas privadas, no líderes políticos. Autor de varios libros de referencia sobre el marketing político y la democracia, profesor en varias universidades, influyente bloguero y certero analista de la actualidad, ha ofrecido una conferencia coloquio en el Colegio de Médicos de Málaga.

-"No he podido cumplir con mis compromisos electorales porque he tenido que cumplir con mi deber". Titular de Rajoy en el debate sobre el estado de la nación.

-Es un titular perverso, muy perverso, porque el presidente nos está diciendo que no puede asumir sus responsabilidades, que sólo puede hacer lo que le dicen, que no puede cumplir su voluntad.

-Uno diría que nos está hablando otra vez de la herencia recibida...

-Cuando dice que no puede cumplir, que tiene que hacer cosas que no quiere, en el fondo transfiere al ciudadano que esa pérdida de control en la responsabilidad no es culpa suya, sino que lo hace por mí y por condiciones externas. El nivel de desbaratamiento moral de la frase es muy bestia. Poner como disyuntiva moral el deber y la promesa electoral, el deber y la voluntad, sitúa al presidente en la pérdida de la responsabilidad. En el fondo, esa frase es: "Lo que tú votas puede no ser importante".

-El peligro de ese mensaje es que se invita a la rebeldía, a votar a alguien como Berlusconi.

-No quiero extrapolar el caso italiano al español, pero en el debate el presidente estuvo a punto de decir que gracias a él, a él y sólo a él, España no ha sido intervenida. Fue un poco osado decir que gracias a él el euro no se ha roto. Pero le ha funcionado. Se ha reivindicado ante los suyos. Ha sido un discurso a su bancada, dirigido a los que empezaban a tener dudas sobre si era la persona adecuada para terminar la legislatura.

-A Rubalcaba se le ha criticado mucho su tono bajo en la crítica.

-Esperábamos a un presidente cabizbajo, incluso ruborizado por la corrupción y financiación irregular del PP, y vimos a un presidente que en lugar de defenderse pasó al ataque. Este movimiento fue inteligente. Y aplicó el principio de que no se habla de lo que no interesa.

-Bárcenas.

-No se habla de Bárcenas, no se habla de la monarquía, no se habla de los recortes.

-Pero esos son justamente los temas que están en la calle.

-Rajoy cree que lo que no se nombra no existe. Es un político atrapado por su personalidad. Cuando él dice que a veces lo mejor es no tomar una decisión, es que lo cree. Hace de la inmovilidad su principal fortaleza.

-Eso es Cela, ¿no? Muy gallego.

-Es una tradición muy profunda gallega y española. En su caso no es sólo la resistencia a la adversidad, sino la inmovilidad, la estatua de sal. Y así actúa de faro cuando todo el mundo se mueve. No me muevo y soy un faro, y en situaciones convulsas, de poca claridad, de confusión, de niebla, el que está donde tiene que estar es el que guía. Rajoy no es un tipo que abra camino.

-Una forma extraña de liderar.

-Es un modelo de liderazgo muy particular, el de la fortaleza por la inmovilidad, el del silencio como argumento de control, de poder, y el de la gestión del tiempo.

-Teniendo en cuenta que el líder fue nombrado a dedo...

-Pero es la oferta que nos hace. Él no desea ser amado, pero sí respetado. No quiere seducirte, pero quiere ofrecerte la idea de que es el más seguro en estas circunstancias, porque es el hombre tranquilo.

-En contraposición a Zapatero, el de los grandes discursos.

-Claro, era el tipo que abría camino, el que iba por delante, al que había que seguir. A Rajoy no hay que seguirle, Rajoy está, no pretende ser seguido, sino administrar su poder desde la inmovilidad. Quizás no sabe hacer otra cosa. Pero no le ha ido mal. Es el presidente del Gobierno.

-Otra frase desconcertante: lo publicado sobre él y los dirigentes del PP y los sobres era rotundamente falso, "salvo alguna cosa".

-Rajoy es un tipo que hace de la ambigüedad y de un discurso enigmático, incluso encriptado, una manera de no hacer frente a la verdad. Como cuando dijo que nadie probará nunca que Bárcenas no es inocente. Viene a decirte: "Yo no voy a decir la verdad, pero tendrás tú que probar que estoy mintiendo". Eso puede ser un derecho en la justicia, pero en política es una falta ética.

-Parece probado que el PP ha mentido sobre su tesorero.

-Sí, pero no encontrarás una frase de Rajoy en donde él quede atrapado. Es difícil atraparle en una mentira flagrante.

-¿Qué opina de esas comparecencias sin preguntas?

-Es una burla a los medios, que representáis a las empresas pero también a los ciudadanos que tienen derecho a la información.

-¿Cómo puede defender eso en estos tiempos algún asesor?

-Hay una escuela de comunicación y asesoría política que cree que la mejor manera de evitar un problema es evitar la comunicación. Es decir, en el fondo a Rajoy le molesta la comunicación, sabe que es importante en esta sociedad, pero le importuna. A él le gustaría gobernar con el BOE, nunca ve la comunicación como una oportunidad, sino como un riesgo.

-También hay falsas entrevistas, como la de Hermida al Rey.

-Eso no lo considero entrevista.

-Ni nadie. ¿Cree que la Casa Real cumplió su objetivo con aquello?

-Igual que pienso que acertaron bastante en el discurso de Nochebuena, cometieron un gravísimo error con esa entrevista, que buscaba una cordialidad artificial y la convirtieron en una caricatura.

-Tampoco dijo mucho de nuestra democracia.

-Los ciudadanos ven que nuestra democracia no es suficientemente profunda.

-¿También defiende una segunda transición?

-Cada vez hay más ciudadanos y partidos que consideran que nuestro sistema institucional ofrece síntomas claros de agotamiento, que no le permiten entender las nuevas realidades y demandas. La sociedad no se reconoce en sus instituciones, porque no hablan su mismo lenguaje. Estamos ante un problema muy serio, pero más que de una segunda transición, me gusta la idea de un reset, de reiniciar nuestro sistema.

-¿Se puede hacer ese reseteo con los mismos políticos?

-Los políticos están comprendiendo que tienen menos poder del que creían. No sólo por las restricciones presupuestarias o competenciales. La política democrática está siendo percibida como incapaz de dirigir la sociedad.

-¿Qué es lo primero que recomienda a un político?

-Comprender la audiencia, si no entiendes a tus ciudadanos, es difícil que puedas hablarles. Por eso importante tener dietas informativas diferentes del pressclipping, contactos más allá de la agenda oficial.

-En España parece que un asesor político debe tener el carné.

-Es gravísimo y genuinamente español. Yo he trabajado para casi todos los partidos del arco parlamentario. Y es muy sano y conveniente. Desconfío de un asesor que me garantiza su voto. Quiero su talento, no su voto. Si sólo puedes contratar a quien te vota, no tienes un asesor, tienes un palmero.

-¿No son un riesgo las redes sociales para los políticos? Acaban diciendo lo que piensan.

-Eso no está mal, lo que hay que saber es decirlo. Les decía a los alcaldes que era como cuando sus madres les decían que no salieran a la calle, que se podían resfriar. ¿La alternativa cuál es: casa o campo abierto? En la cultura digital estamos más en campo abierto, hay menos barreras. Prefiero una política a campo abierto que parapetada en sus muros. Las redes sociales son una oportunidad para hacer política de otra manera.

-¿Ganará el político que entienda eso?

-Quien pierde en las redes sociales muy probablemente perderá en las urnas. Todavía no puedo asegurar que quien gane allí lo haga en las elecciones, pero quien pierde, seguro.

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