Los 'abuelos' del primer Estatuto se quedan solos en su aniversario
Una treintena de diputados asisten al acto celebrado en el Parlamento por el 30 aniversario del referéndum · No acude ningún miembro del Gobierno andaluz.
La unidad política que desbloqueó el proceso autonomista y dio pie al primer Estatuto de Andalucía no encontró eco ayer, justo cuando se cumplían 30 años del referéndum que le dio vida. Los abuelos que no ya padres del Estatuto, porque este dio a luz a otro nuevo en 2007, como bien resumió uno de los ponentes, José Rodríguez de la Borbolla, se quedaron solos en el homenaje celebrado en el Parlamento. Actos solapados y la cercanía de las elecciones dieron pie a que en el Hospital de las Cinco Llagas se hiciera visible la máxima de que mejor cada uno por su lado.
La convocatoria para celebrar esta efeméride, por tanto, se redujo a reunir a parte del equipo redactor de la primera carta magna andaluza y algunos parlamentarios. Hasta matemáticamente parecía que se habían puesto de acuerdo para que hubiera un diputado por cada año transcurrido. Y eso que son 109 los que cada quince días se reúnen en el mismo salón de plenos.
Al acto no acudió ningún miembro del Gobierno andaluz. Ni siquiera estuvo el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, que en cambio sí acudió al homenaje en el Museo de la Autonomía, en la antigua casa de Blas Infante en Coria del Río. Tampoco lo hizo el coordinador regional de IU, Diego Valderas, por problemas de agenda. Quien sí lo hizo fue el presidente del PP-A, Javier Arenas, arropado por una veintena de aforados de su bancada y que ayudaron a que el Patio del Recibimiento no pareciera tan vacío.
Con independencia de la escasa asistencia y las notables ausencias, el acto cumplió su finalidad. Cuatro de los siete ponentes asistieron y tres de ellos, Javier Pérez Royo, José Rodríguez de la Borbolla y Carlos Rosado, tomaron la palabra para resaltar, desde esa visión de abuelos, en qué se ha traducido aquella "victoria del pueblo": ayudó a que Andalucía se desprendiera del "quejío retórico" del subdesarrollo y a crear una comunidad potente y capaz de sortear dificultades como la actual coyuntura económica. También hubo un espacio para el recuerdo. Rememoraron cómo el 28-F, la fecha marcada en rojo en el calendario andaluz, surgió del enfrentamiento con el Gobierno de entonces, y cómo aquel 20 de octubre nació de la unidad política un estatuto "de todos".
El acto lo cerró la presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, quien reconoció la madurez del pueblo andaluz que si hace 30 años se situó para mirar de "igual a igual" a otras comunidades, hoy ya lo hace, aunque algunos "no se lo perdonen".
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