"No apto" por ser tartamudo
El Instituto Social de la Marina no permite a Rafael Vázquez Ross trabajar pese a tener todos los títulos necesarios · La excusa es que su tartamudez le impediría dar la voz de alarma
Peón de lavandería, de mantenimiento naval, de limpieza, de albañilería en varias empresas, expendedor en dos gasolineras (una de vehículos y otra de embarcaciones) o mantenimiento en un parque acuático son algunos de los trabajos que ha desempeñado el joven de El Rompido Rafael Vázquez Ross, que a sus 34 años y como todos los jóvenes intenta labrarse un futuro profesional.
Es por ello por lo que a su dilatada experiencia laboral puede sumar su participación como alumno en cursos tan diversos como dos de Formación Profesional Ocupacional (Nivel I de Protección Civil y Socorrismo Acuático), y dos talleres de empleo (Agricultura Ecológica y Acuicultura), además de poseer el Certificado de Escolaridad y de haber terminado el primer curso de Jardinería en un instituto de Formación Profesional. También ha sido voluntario de Protección Civil en Cartaya durante 12 años.
Pero como a muchos rompieros, ya sea por tradición familiar, o porque es "el ambiente que mamamos desde niños", Rafael confiesa que desde siempre se había visto fuertemente atraído por las costumbres de la mar.
Así y ante la oportunidad de trabajar como marinero pescador que le brindó a principios de 2011 el armador de El Rompido José María Burgos, cuya embarcación pesquera tiene base en el puerto de Punta Umbría, no dudó en matricularse en los distintos cursos destinados a conseguir el carné específico para esa labor. A lo largo de 2011 ha obtenido favorablemente el certificado de Formación Básica que otorga la Dirección General de la Marina Mercante del Ministerio de Fomento, y también superó con la calificación de suficiente el examen que le capacita para ser Marinero Pescador, que otorga el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Consejería de Agricultura y Pesca, obteniendo así el carné oficial.
Pero cuál fue la sorpresa de este joven y de sus padres, Carmen Ross (incapacitada para trabajar por padecer diabetes) y Rafael Vázquez (pensionista), con los que aún convive en su modesta casa de El Rompido por falta de recursos económicos para independizarse, cuando el pasado mes de abril el Certificado Médico de Aptitud para Embarque Marítimo que expide el Instituto Social de la Marina (dependiente del Ministerio de Trabajo) declaró a éste "no apto" para embarcar. Y todo, pese a tener todos los títulos necesarios y, lo más importante en los tiempos que corren, un armador que lo contratase indefinidamente.
Al no especificar dicho certificado los motivos concretos y en respuesta a la pregunta formulada directamente por el joven a los médicos examinadores, éstos le contestaron que su tartamudez le "impediría dar la voz de alarma en caso de accidente o emergencia en el barco".
Pese a no dar crédito a lo sucedido, "un claro caso de discriminación laboral", según el propio Rafael, la familia no se ha quedado parada, estando dispuesta a "llegar hasta el final para que se haga justicia con mi hijo", asegura Carmen Ross. Rafael también asegura estar viviendo una "situación de indefensión" ya que la denegación está realizada "sin razonamiento objetivo alguno y sin justificación jurídica basada en normativa, excluyéndoseme de cualquier posibilidad de dedicarme a la profesión libremente elegida y para la que me considero capacitado física, psíquica y profesionalmente".
En este sentido, Rafael no dudó en presentar el día 9 del pasado mes de junio un recurso ante el Instituto Social de la Marina, del que aún no ha obtenido respuesta, contra la decisión de no declararlo apto para trabajar como marinero pescador.
En dicho recurso, para cuya redacción y presentación contó con la ayuda del ex alcalde de Cartaya, el socialista Juan Antonio Millán, se adjuntan dos informes psicológicos que, según Rafael, "dejan claro que soy apto para ejercer ese trabajo ya que demuestran que las personas con algún tipo de discapacidad no estamos discapacitados para todos los trabajos".
En el primero de los informes, realizado por la Confederación Andaluza de Organizaciones en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual -Feaps Andalucía-, la psicóloga Susana Triañes concluye que Rafael está "totalmente cualificado" para desempeñar dicho puesto "ya que su discapacidad intelectual límite y su disfemia tónica no le impiden realizar las tareas inherentes al puesto". Y todo ello tras haberle practicado una minuciosa evaluación como persona con discapacidad intelectual, destinada a evaluar sus aptitudes y actitudes laborales de cara a valorar su idoneidad para el puesto de trabajo de marinero pescador.
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