El diputado Juan Luis Rascón se marcha del PSOE indignado
Rompe con un partido que "se descompone y en el que ya no creo"
El diputado socialista por Córdoba Juan Luis Rascón dejará el escaño y el carné del PSOE en septiembre, en cuanto se convoquen las elecciones generales y las Cortes queden disueltas. Lo hace, en primer lugar, por una obligación legal: al volver a su plaza en la judicatura no puede ostentar la condición de militante de ningún partido político. Se va, también, obligado por las circunstancias. Las posibilidades de que tuviera un lugar en las listas del PSOE para el próximo 20 de noviembre eran verdaderamente pequeñas, por no decir imposibles. Y, además, lo hace por convencimiento. Está verdaderamente indignado con la deriva que han adoptado los acontecimientos en el partido, sobre todo en lo que concierne a la dirección provincial del PSOE, a cuyo secretario general, dedica duras críticas.
"El partido se descompone", asegura Rascón, que hace toda una proclamación de intenciones. "No voy a estar trabajando como un negro donde no estoy a gusto, donde no me hallo. Ahora, los intereses que priman no son los del partido y ésta no es la socialdemocracia en la que creo". Las recientes destituciones de tres delegados provinciales -finalmente, dos, por las presiones- han impresionado al aún diputado socialista aunque, asegura, "esto no es nuevo".
"Joaquín Dobladez -ex delegado de Cultura- y Francisco García -quien ha mantenido el puesto como responsable de Obras Públicas- representan al buen socialista. Son personas íntegras, leales honestas. Buena gente". Rascón no duda en calificar lo que ha ocurrido como "una purga". Lo hizo en su blog en un texto que es de todo, menos poco claro. "La purga en un partido político es inversamente proporcional al liderazgo y a la inteligencia común de quien la promueve o de quien la consiente", afirma ese texto, que aparece ilustrado con una imagen de Stalin y que el secretario provincial ha comentado en su cuenta de la red social Twitter. "Quien juega con explosivos sin tener conocimientos y sin medidas de seguridad corre el riesgo de sufrir un accidente", se puede leer en el perfil de Juan Pablo Durán. La dirección socialista mantiene su política de no hablar ante los problemas internos, evidentes, que están sacudiendo el agosto político en Córdoba.
Rascón estaba sentenciado, al menos, desde el pasado mes de enero, cuando mantuvo una charla en el foro de su página con internautas. Criticaba en esa conversación a la "gente sin convicciones que busca el chusco en el partido y están dispuestos a matar por él". El PSOE se había convertido en una oficina de colocación, decía, y lo mantiene. Hasta José Antonio Griñán dijo que las declaraciones eran erróneas, que Juan Luis Rascón era un amigo y que a los amigos no se les juzga. Pero en la cúpula se le puso el pulgar hacia abajo aunque no se adoptaron medidas disciplinarias. Rascón se muestra muy afectado por el papel jugado por el secretario general de los socialistas andaluces en toda esta cuestión y lamenta que en todo este tiempo sólo ha recibido agravios del aparato del partido.
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