El buen momento del aceite no se traduce en el precio

Olivareros y almazaras lamentan que el incremento de exportaciones no llegue a toda la cadena olivarera. Los aceites de oliva vírgenes españoles son los peor remunerados de la cuenca mediterránea.

El buen momento del aceite no se traduce en el precio
El buen momento del aceite no se traduce en el precio
Olatz Ruiz

10 de junio 2014 - 10:20

Ya se sabe, y en el campo aún mejor, que la ley de la oferta y la demanda traduce las grandes cosechas en bajos precios y a la inversa. Sin embargo, el cosechón de esta campaña de aceituna, que se ha traducido en un boom del comercio del aceite de oliva en los mercados internacionales, hacía esperar a los productores mejores cotizaciones que las actuales y que el momento de bonanza fuera disfrutado por todos los protagonistas del sector.

Sin embargo, parece que los beneficios no llegan a todos. Desde la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) se denuncia que el boom del aceite de oliva español en los mercados no se está traduciendo en precios rentables para el agricultor. Los últimos datos presentados por la a Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) cuantifican las exportaciones hasta el 30 de abril de 2014 en 611.200 toneladas, lo que significa un aumento del 80% respecto a la campaña pasada, en la que ya se alcanzaron cifras récord. A nivel interno, se han comercializado un total de 337.200 toneladas, con un incremento del 20% respecto a los datos de la campaña pasada.

Además, y precisamente como consecuencia de la gran producción de la campaña 2013/2014, para este año la campaña se prevé muy corta por los problemas de floración ante la ola de calor de finales de abril y principios del mes de año, y por la propia vecería que afecta al olivo tras un año de gran producción.

Sin embargo, estas condiciones óptimas de mercado no están teniendo su reflejo en los precios en el campo. En las últimas semanas, el aceite de oliva virgen en origen ha caído por debajo de 1,80 euros por kilo, unas cotizaciones muy alejadas de los costes de producción cuantificados por el Ministerio de Agricultura (2,49 euros por kilo). Esta situación contrasta, destaca COAG, con la de los principales países productores en la zona euro, caso de Italia o Grecia, donde el aceite cotiza a 3,40 euros por kilo y 2,46 euros por kilo respectivamente, o en el caso de Túnez, donde se sitúa en 2,41 euros.

"No se están cumpliendo las leyes de oferta y demanda. Las autoridades de Competencia deben clarificar si hay acuerdos o abuso de poder en el mercado para especular con el producto, e investigar si la distribución ha puesto en marcha algún tipo de estrategia para bajar los precios en origen, jugando así con la ruina de los agricultores en regiones de nuestro país muy castigadas por la crisis y el paro", denunciaba Gregorio López, responsable del sector del olivar de COAG.

López añadía que "con sus prácticas abusivas y especulativas, los tres grandes operadores comerciales, Sovena, Migasa y Deoleo (que acaparan el 75% del mercado) y las cadenas de distribución se van a cargar a la gallina de los huevos de oro. El esfuerzo inversor realizado por agricultores y almazaras para conseguir una materia prima de máxima calidad no se está viendo recompensado y eso ya está pasando factura ya en términos de renta y empleo en zonas productoras".

COAG ha pedido al Ministerio de Agricultura que convoque de inmediato el Comité de Seguimiento del acuerdo para incrementar la valorización del aceite de oliva con el objetivo de estudiar medidas que reactiven los precios en origen.

En este sentido, se reclama a la ministra Tejerina que exija a industria y cadenas de distribución que cumplan con los compromisos adquiridos. "En el mercado interior casi el 70% del aceite envasado se comercializa bajo marca blanca y sigue siendo utilizado por supermercados e hiper como producto reclamo mediante ofertas y promociones muy agresivas. En estos momentos la cadena del aceite de oliva no genera valor para los agricultores. Esta situación es recurrente e insostenible", insistía López.

La organización agraria COAG también reclama a la ministra de Agricultura que impulse en el seno de la Unión Europea la actualización de los precios de activación del sistema de almacenamiento privado, muy alejados de los costes de producción presentes. "Necesitamos mecanismos de regulación del mercado más ágiles y eficaces que doten de cierta estabilidad a las cotizaciones del aceite de oliva", apuntaba el responsable del olivar de COAG.

Otros agentes en el mercado del aceite de oliva se han reunido también recientemente para analizar el precio y el mercado de este producto en unas jornadas organizadas por UPA-Andalucía en el marco de Futuroliva 2014, feria del olivar que se ha celebrado en Baeza.

Las jornadas reunieron a numerosas personas que profundizaron en el conocimiento de los problemas que actualmente atenazan al sector productor y sobre las soluciones que se plantean para superar esta situación.

En este sentido, el secretario general de UPA Andalucía, Agustín Rodríguez, defendió la fusión de las cooperativas, y la regulación de los mercados y los precios. A su juicio, el gran déficit de la reforma de la PAC "es no tener ninguna medida en esa dirección, porque los precios siguen siendo muy bajos haciendo que las dificultades en el primer eslabón, los productores, sean cada vez mayores si tenemos en cuenta que los costes de producción no paran de subir. Y cuando miramos al mercado, y vemos cómo crecen las exportaciones de forma exponencial, comprobamos que no es un problema de margen, porque todo el aceite que se vende fuera se hace por encima de los seis euros. Es un problema, por lo tanto, de estructuras de mercado, porque la gran distribución sigue interviniendo el mercado quedándose con el esfuerzo de cientos de miles de olivareros", explicaba.

"El reto", afirmaba Rodríguez, "es buscar un reequilibrio en la cadena alimentaria que permita dar sitio a la producción y a la industria envasadora para que todos podamos seguir adelante en un sector clave para Andalucía, porque el aceite de oliva representa básicamente la economía de 300 pueblos en nuestra región".

Con respecto a la unión de cooperativas y almazaras el secretario regional de UPA recordó esa necesidad ante el hecho de que la gran distribución en poco menos de diez años ha pasado a concentrar la demanda en pocas manos.

Sin embargo, la concienciación en la necesidad de ganar tamaño para poder competir con la distribución no es suficiente. Rodríguez recordaba a los asistentes a las jornadas que también se necesitan "marcar unas líneas rojas que no se pueden cruzar, a través de una regulación básica de los mercados para que cuatro no sigan teniendo poder para marcar los precios. No se trata de un problema de márgenes, sino de reequilibrio de la cadena de valor que permita una situación razonable para la producción y para la industria envasadora.

En estas mismas jornadas el presidente de Interóleo Picual Jaén, Juan Gadeo, explicaba cómo ha evolucionado la empresa en sus pocos años de funcionamiento y cómo la concentración de la oferta en una firma potente, con estructura y profesional, ha conseguido que los productores de aceite de oliva estén consiguiendo precios por encima de la media. Juan Gadeo adelantaba, igualmente, que una vez consolidado el mercado de los graneles y de los costes, con la puesta en marcha de la central de compras, el siguiente reto de Interóleo es el envasado.

Por lo pronto, ya se ha creado el diseño de una botella de aceite innovadora y muy pronto se comenzará a comercializar, sobre todo en la exportación.

También los envasadores muestran su preocupación por la situación. El director gerente de Anierac, Primitivo Fernández, explicaba en Futuroliva que la situación es complicada porque el aceite de oliva supone un aliciente para determinadas políticas de la distribución, por lo que ya han denunciado en reiteradas ocasiones que hay una situación de desequilibrio en la cadena de valor.

En este sentido se refirió a la Ley de la Cadena Agroalimentaria como un instrumento válido que tiene que ayudar a la mejora, al equilibrio y a la transparencia de las relaciones comerciales. Y confiaba en que dicha ley sirva, definitivamente, para regular el mercado y erradicar las políticas abusivas de la gran distribución.

Peor para los vírgenes

La comercialización del aceite español ha sumado 948.400 toneladas en lo que va de campaña (octubre de 2013-abril 2014), lo que supone un ascenso del 53% con respecto a la campaña anterior, gracias a exportaciones de 611.200 toneladas (un 80% más) y a salidas en el mercado nacional de 337.200 toneladas (20% más).

Las cifras muestran pues la buena marca de las ventas, pero no así de las remuneraciones de los productores. La patronal de almazaras industriales Infaoliva informaba de precios de 1,96 euros/por kilo para el virgen extra picual, 1,79 para el virgen y 1,69 para el lampante.

El POOLred recoge del 30 de mayo al 5 de junio operaciones por 8.561 toneladas, un 2,57% más que una semana antes, mientras que, en el último mes, las transacciones entre almazaras y entidades comerciales crecieron un 57,25%, hasta 56.476 toneladas. Hubo dispar evolución para las distintas categorías comerciales. Así, el precio del virgen extra cayó un 1%, hasta 1,98 euros por kilo, mientras que los vírgenes repuntaron un 5,26%, con 1,84 euros, y los lampantes lo hicieron en un 0,84%, con 1,68 euros.

Según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, los aceites de oliva virgen subieron un 0,95% del 26 de mayo al 1 de junio, respecto a la semana anterior, y se pagaron a 179,37 euros los 100 kilos, mientras que los lampantes lo hicieron un 0,86%, hasta 164,37, y el de orujo crudo en un 0,17%, hasta 80,97 euros por cada100 kilos. El hecho es que los aceites vírgenes españoles son los peor remunerados de la cuenca mediterránea.

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