"No vamos a caer en la trampa de fracturar la educación en dos Españas"
adelaida de la calle. consejera de educación
La ex rectora de la Universidad de Málaga apuesta por potenciar la formación docente para contribuir al desarrollo de una enseñanza de calidad.
Málaga/-¿Qué lectura hace de los resultados andaluces en el informe PISA?
-La evaluación PISA mide las competencias en tres parcelas muy concretas (comprensión lectora, matemáticas y ciencias) que, siendo importantes, no abarcan todos los aspectos de un sistema educativo. Además, lo hace a partir de una muestra de alumnado de 15 años que, en el caso de Andalucía, son aproximadamente el 2% del total (1.800 sobre 90.000). En resumen, no evalúa todo ni a todos. No obstante, recibimos con la lógica preocupación nuestros resultados, que son mejorables. La Consejería de Educación considera la evaluación como un instrumento de mejora, por lo que tomamos nota de los resultados, los analizaremos detenidamente y se aplicarán las oportunas medidas correctoras.
-¿Por qué esa brecha tan grande entre el norte y el sur?
-Existen numerosos indicadores de todo tipo en los que nuestros centros educativos están mejorando, como la disminución del abandono educativo o temprano o la mejora consistente y paulatina en las tasas de absentismo escolar y conflictividad en el aula, por sólo poner dos ejemplos concretos. Por eso reafirmamos nuestro apoyo incondicional a la labor de nuestros y nuestras docentes y seguiremos trabajando para conseguir mejorar sus condiciones y los resultados de su alumnado. No vamos a caer en la trampa de fracturar la educación en dos Españas. No estamos de acuerdo con los rankings porque todo no puede simplificarse en una simple estadística que no tiene en cuenta factores históricos, geográficos, económicos, culturales... que hacen inútil la comparación. Por otra parte, nunca podemos estar contentos con el presupuesto destinado a educación o sanidad. Siempre puede ser mejorable, pero las cuentas de la administración educativa suponen el 20% del presupuesto global de toda la Junta de Andalucía; que para 2017 van a crecer un 3,8%, y que pagamos a pulmón los libros de texto o que el 96% de las familias tienen algún tipo de bonificación por comedor, aula matinal o transporte.
-¿Considera que la muestra de los estudiantes para realizar el informe no ha sido la adecuada?
-Hay un hecho indudable y es que el índice socioeconómico y cultural de la muestra andaluza es el más bajo de todo el Estado. A esto nos referíamos al hablar de que los 54 centros seleccionados eran los que tenían el índice más bajo del país, no uno a uno sino en su conjunto. Pero en ningún caso achacamos al trabajo de los centros de la muestra los resultados obtenidos. El PISA no evalúa centros sino sistemas educativos a partir de una muestra que en nuestro caso apenas llega al 2% de la población de 15 años. Lo segundo porque el informe evalúa unas parcelas muy concretas como son la lectura las ciencias y las matemáticas. Y al ser una foto fija, no tiene en cuenta el punto de partida de cada uno de los centros y alumnos evaluados, por lo que no refleja el magnífico trabajo que en ocasiones se hace en condiciones muy difíciles.
-¿Cuáles serán las principales cuestiones a abordar?
-Ni estamos parados ni nos vamos a quedar quietos. Pondremos en marcha las actuaciones pertinentes para mejorar la calidad y la equidad del sistema. En la Consejería estamos trabajando constantemente, junto a la comunidad educativa, con este objetivo. Prueba de ello es el recién aprobado Plan de Éxito Educativo, que contiene una amplia variedad de medidas destinadas a combatir el abandono escolar temprano y a aumentar las tasas de titulación en Educación Secundaria Obligatoria.
-¿El profesorado es la clave para revertir la situación?
-El profesorado, con su actuación, su valoración y su profesionalización, se configura como el principal eje sobre el que pivota nuestro éxito educativo. Dentro del plan que proponemos, vamos a potenciar la formación del docente para conseguir la mejora de su competencia profesional y contribuir al desarrollo de una enseñanza de calidad y equidad. Queremos que la formación inicial del profesorado tenga un carácter más práctico, que se prioricen las habilidades que debe tener un docente para enfrentar su trabajo diario en el aula. Igualmente trabajaremos para reducir su carga burocrática.
-¿El estudiante y las familias han de implicarse más?
-El éxito educativo es una tarea de todos. Es fundamental una mayor participación de las familias y el alumnado. Además de actualizar y reforzar el Plan de Familia Segura (comedores, transportes, aula matinal) queremos implementar acciones que permitirán reforzar su papel como agentes imprescindibles del proceso educativo. Como ejemplos, ampliar su participación en programas educativos, o la mejora de la eficiencia de los procesos de comunicación y traspaso de información Administración-centro-familia. También se trabajará en el incremento de la participación de otros agentes de la comunidad educativa, como es el caso de los ayuntamientos, a través de la creación de un convenio-marco con la Federación Andaluza de Municipios y Provincias para la atención de alumnado en riesgo de abandono, entre otros aspectos. O en el concepto de responsabilidad social hacia la educación.
-Las ratios elevadas en clases muy heterogéneas, las bajas que tardan en cubrirse, la reducción de las plantillas son algunas claves del fracaso, según los sindicatos. ¿Qué opina al respecto?
-Coincido en que el decretazo de Montoro y Rajoy en el año 2012 para la raquitización, en vez de racionalización, de los servicios públicos ha tenido sus consecuencias como que aumentó la carga horaria docente del profesorado, disminuyendo la plantilla en 4.500 efectivos de los que ya hemos recuperado 1.500. Asimismo, ese decreto provocó que las bajas y sustituciones se hicieran a los 15 días y no de forma automática como hacía la Junta de Andalucía. No subimos las ratios como aconsejaba la norma. En cuanto a la disminución de unidades solamente ocurre como efecto del cambio demográfico y la perdida de alumnado. Y la prestación externa de servicios educativos solamente se da en actividades complementarias como comedores, transporte escolar o aula matinal. Además, muchos de estos servicios educativos no existirían si la Junta no los sufragara con fondos propios. En algunos de ellos el Ministerio participaba y se quitó de en medio. Por eso creemos que el pacto educativo tiene que blindar la financiación a la escuela pública mediante fondos de cooperación territorial para libros de texto, infraestructuras, bibliotecas escolares o el refuerzo educativo, además de un decidido apoyo para la compensación educativa, trabajando en equidad y garantizando la igualdad de oportunidades.
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