Susana Díaz medita su día después
La opción de compatibilizar la Presidencia y Ferraz no está descartada, es la que ofrece tiempo para el rodaje
Sevilla/Susana Díaz cruzó el pasado fin de semana el Duero, como un Rubicón sentenciador del destino, para llegar a tierras palentinas y bercianas. Ya no hay vuelta atrás, la presidenta de la Junta competirá en las primarias socialistas por la Secretaría General del PSOE, está decidida; en Castilla y León ha tenido una buena acogida y, según explican sus colaboradores, "hay una carpeta" repleta con peticiones para otras visitas. Fin de semana a fin de semana, y fuera del calendario habitual como presidenta de la Junta, irá viajando a casi todas las provincias del país, aunque muchos fines de semana "de partido" se los dedicará a Andalucía. Cuenta con los apoyos y con un relato, pero Susana Díaz debe resolver su sucesión en la Junta. A continuación se explican varios escenarios de este relevo, sobre una misma suposición: que se presenta a las primarias del 28 de mayo y es elegida líder del PSOE.
3Escenario sin red. Después del 39º Congreso, el 17 y 18 de junio, Susana Díaz debe resolver su salida de la Presidencia de la Junta y de la secretaría general del PSOE andaluz. Primero tendría que solventar el liderazgo en la formación política, ya que en septiembre de 2017, a no más tardar en octubre, el PSOE celebrará sus congresos regionales. Si Susana Díaz tuviera previsto dejar la Junta en ese momento o en los meses siguientes, el congreso regional dejaría ver quién es el sucesor, de no ser que el PSOE andaluz optase por una bicefalia que no le ha dado resultado nunca. Antes de llegar al 39º Congreso, entre el 28 de mayo y el 17 de junio, en apenas tres semanas, debería haber alguna señal. Y sólo ella puede transmitirla.
¿Cómo? Susana Díaz cuenta con el margen de maniobra que le da la Presidencia de la Junta, siempre podría hacer una crisis de Gobierno para que se visualice quién es su elegido. O su elegida. Eso fue lo que hizo José Antonio Griñán: le nombró como consejera de Presidencia para después señalarla como su preferida en unas elecciones primarias. Una vez que Susana Díaz, tras el 39º Congreso, anunciase que no se presentará a otra reelección en Andalucía, el PSOE elegiría en primarias a su candidato a las elecciones autonómicos, que tras ese apoyo en la urnas, llegaría a la secretaría general de la formación casi por aclamación.
Con un líder en el PSOE andaluz y ella en Ferraz, sólo tendría que elegir en qué momento traspasa la Presidencia de la Junta a esa misma persona. Para elegirle presidente, se requeriría, de nuevo, el voto del grupo de Ciudadanos en el Congreso. No parece que hay problemas para ello.
Susana Díaz se instalaría en Ferraz, pero sin escaño en el Congreso y sin cargo público. A partir de entonces puede ser nombrada senadora por representación autonómica y tendría la oportunidad de preguntar al presidente Rajoy en la Cámara Alta, pero poco más. En Andalucía, Díaz tendría un único sucesor -la misma persona en el partido y en la Junta-, que sería el candidato en las elecciones autonómicas de 2019.
3Escenario con red. La Presidencia de la Junta es un magnífico escenario mediático para un jefe de la oposición si éste no puede, como es el caso, estar en el Congreso. Tras ser elegida secretaria general del PSOE, Susana Díaz compatibilizaría ese cargo con el de la Presidencia de la Junta hasta fechas cercanas a las elecciones autonómicas de 2019. O hasta las generales, si fuesen antes, ya que también sería la candidata socialista a la Moncloa.
En ese caso, con Susana Díaz en San Telmo y con el liderazgo del partido a nivel federal, la elección del secretario general andaluz tiene menor importancia. Este escenario conlleva algún problema de incompatibilidad de intereses -entre ser líder andaluz y, a la vez, nacional- y un esfuerzo notorio de trabajo, pero a Susana Díaz le ofrece seguir contando con una atalaya institucional privilegiada y con más tiempo para ver rodar a su sucesor en el Gobierno andaluz. Meses antes de las primeras elecciones generales o andaluzas, medio año antes al menos, sobre finales del año 2018, el elegido por el PSOE debería hacerse con la Presidencia de la Junta para que llegase en mejores condiciones que sus oponentes.
En ese caso, las elecciones andaluzas podrían volver a coincidir con las generales, y el sucesor de Susana Díaz en la Junta tendría el apoyo de la primera en unos carteles para el mismo día. En un horizonte carente de mayorías absolutas, esta opción también da mucho más juego para las posibles alianzas.
El inconveniente andaluz de Susana Díaz no es tanto el relevo en sí, como la posibilidad real de que el PSOE tenga que presentar a otro candidato en unas elecciones autonómicas que puede perder -las encuestas están muy ajustadas- o en las que no alcance una mayoría suficiente para gobernar con Ciudadanos.
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