Roban 300 kilos de cocaína del depósito oficial de droga de Cádiz
Los ladrones logran acceder al almacén a través del patio trasero del edificio colindante, situado a unos cien metros de la Comisaría de Policía · "Los delincuentes lo tenían muy fácil", denuncia el SUP
Tras Sevilla y Málaga, ahora le ha tocado a Cádiz, la provincia en la que se incauta prácticamente la mitad de toda la droga que se requisa en España. El depósito oficial de droga de la provincia al mando de la Subdelegación del Gobierno, a través de su organismo dependiente de Sanidad Exterior, ha sufrido un asalto y de bastante envergadura. Por lo menos 300 kilogramos, en su mayor parte de cocaína, según confirmó ayer por la tarde la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, han sido sustraídos este pasado fin de semana. Otras fuentes elevan considerablemente esta cantidad, al indicar que, además, habrían sido sustraídos otros cien kilogramos más, en este caso, de hachís.
De momento, parece ser que no ha podido ser tampoco precisada exactamente la jornada en la que se produjo el robo en este depósito, habilitado en un búnker situado en el garaje que alberga el Parque Móvil Ministerial, en la calle Gran San Ildefonso, a escasos cien metros de la Comisaría de la Policía Nacional. Unas fuentes apuntan a que el asalto se produjo en la madrugada del pasado sábado. Otras, en la del domingo. Lo que sí ha podido confirmar este diario de fuentes de toda solvencia es que el robo no ha sido descubierto hasta este pasado domingo, poco antes de las nueve de la mañana. La voz de alarma a la dieron varias personas que trabajan como chóferes para la Subdelegación del Gobierno, que, al acceder a la cochera para retirar los vehículos oficiales, se toparon con "unas puertas abiertas".
El mutismo oficial es absoluto sobre este grave suceso que pone en solfa las medidas de seguridad establecidas por el Gobierno para custodiar la ingente cantidad de drogas que se almacenan en la cochera.
Desde la Subdelegación del Gobierno, a cuyo frente se encuentra Javier de Torre, emplazaron a este diario a contactar con la Delegación del Gobierno de Andalucía en Sevilla, desde donde simplemente se limitaron a confirmar el robo, sin aportar detalle alguno. Únicamente por la tarde, la delegada habló en Sevilla de unos 290 kilos de droga robados, la mayoría cocaína, sin ofrecer tampoco más información al respecto.
Las fuentes consultadas por este diario dibujan el robo como obra de un grupo de profesionales, bastante conocedores del terreno y de las dependencias, así como de las escasas medidas de seguridad existentes. Todo apunta que los ladrones lograron acceder al que se supone que es un búnker a través del patio interior del edificio colindante, un inmenso bloque de pisos de 16 plantas que está situado en el número 10 de esta calle. A ese patio interior se accede dando la vuelta a la manzana, ya en la calle Brunete.
Una inspección de este diario ayer sobre el terreno constató la facilidad con que los asaltantes habrían logrado colarse.
Una puerta de aluminio, que no había sido forzada, da acceso a un estrecho patio al aire libre de algo más de cinco metros de longitud, flanqueado únicamente por una valla metálica de poco más de un metro de altura en su parte superior, y un murete de hormigón en la inferior.
Un salto a la valla habría bastado para entrar en ese patio vallado, donde, cinco metros después, estaba el segundo "obstáculo": otra puerta de aluminio que tampoco parecía forzada. No les hizo falta: justo encima hay tres ventanas, y una de ellas no tiene ni reja ni cristal. Tras entrar por esta ventana, se habrían colado dentro, topándose finalmente con una puerta, la del búnker, con dos cerraduras. Sólo tuvieron que forzar una, ya que la otra, según aseguraron ayer a este diario, estaba inutilizada hace tiempo.
Otras fuentes hablan en cambio de que habrían hecho un butrón, un agujero, en el tabique de la pared del depósito de droga, ya accediendo a su interior . No obstante, el hecho de que ningún vecino diera la voz de alarma avalaría la tesis de la innecesariedad de llegar a hacer ni siquiera un butrón para perpetrar el robo en su mayor parte de una cocaína que formaría parte del alijo de tres toneladas que llevaba a bordo el SV Nikolai, el barco que fue abordado en alta mar y trasladado a Cádiz en agosto pasado.
Policías enviados desde Madrid se han hecho cargo de unas pesquisas para aclarar un robo del que , desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), responsabilizan a la "tremenda dejadez de las administraciones".
A este respecto, el secretario provincial del SUP, Francisco Camacho, señaló a este diario que "los delincuentes lo tenían fácil". El responsable del SUP desveló que ellos mismos hace ya casi un año (en diciembre de 2011, tras el robo en Málaga) le preguntaron a la entonces comisaria de Policía, Concepción de Vega, sobre la seguridad insistente, indicándoles ella que estaba dotado con cámaras que se activan por volumen (y que se visualizan en Comisaría), un sistema que la entonces jefa del CNP en Cádiz tachó de "obsoleto e inseguro".
Tras trasladar la inquietud existente, los representantes del entonces Gobierno socialista acordaron reforzar el almacén, poniendo una puerta blindada, "lo que parece que se hizo" , según el SUP, poniendo un vigilante mientras duraron esas obras exclusivamente.
"Han campado dentro a sus anchas. Y ahora, lo que procede es que den explicaciones de por qué ha podido pasar esto, cómo es posible que no haya seguridad física y aquello no está bajo custodia policial", señaló en último término Camacho.
L
a propia delegada del Gobierno en Andalucía, en Sevilla, en rueda de prensa, Crespo ha advertido de que este tipo de almacenaje supone "un peligro tremendo", por lo que el Ministerio del Interior y el Consejo General del Poder Judicial trabajan desde "hace nueve meses" para que estos depósitos se "minimicen", de cara a que solo se guarden unas muestras, las necesarias para la investigación judicial.
Tras asegurar que "se ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido hasta las últimas circunstancias", Crespo señaló que este robo no puede poner "en cuestión" las medidas de seguridad establecidas, aunque sí mostró su preocupación por la proliferación de este tipo de delito.
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