Cierra la primera televisión islámica en lengua española
Comunicación | Cierre de Córdoba Televisión Internacional
Córdoba Televisión se pudo sintonizar en Sevilla, Málaga, Granada y Córdoba.
El Consejo Audiovisual Andaluz no observó nada ofensivo en sus contenidos.
Su sede de San Sebastián de los Reyes (Madrid) está vacía; en su web todas las noticias son viejas; en la TDT y en el satélite Hispasat ha desaparecido la señal y a través del Astra sólo se pueden ver programa enlatados. Córdoba Televisión Internacional, la primera televisión islámica en español, ha cerrado siete años después de su inauguración.
"Desde abril nos abonaban las nóminas con retraso, no se pagaba a proveedores y no hacíamos prácticamente producción", comentan un par de los pocos trabajadores que aun en primavera pertenecían a la empresa Abac Center 21 que regentaba el canal de televisión. En mayo les llegó el despido a todos.
Concluía así un ambicioso proyecto puesto en marcha en 2012 por la fundación saudí Mensaje del Islam, afín a la familia real, que dirige el jeque Abdelaziz al Fawzan, para dar a conocer y difundir el islam entre los hispanohablantes.
Un centenar de periodistas, técnicos y administrativos llegaron a trabajar en sus naves, en la periferia norte de Madrid. Córdoba Televisión se coló en la TDT de una docena de provincias y también pudo ser sintonizada vía satélite en Latinoamérica. Fue en Andalucía donde tuvo más presencia al poder ser vista en Sevilla, Málaga, Granada y Córdoba.
El jeque Al Fawzan, un teólogo saudí wahabí (ultrarrigorista), no ha explicado los motivos del cerrojazo. Las cuantiosas pérdidas que acumulaba el canal (unos diez millones de euros), su escasa audiencia y la constante polémica en la que se vio envuelto son probablemente algunas de las razones que le incitaron a clausurarlo.
Antes incluso que de empezase a emitir Córdoba Televisión fue tildada de extremista. En realidad, las críticas se centraban en el jeque Al-Fawzan del que recordaban, por ejemplo, cómo en diciembre de 2004 sostuvo en la televisión saudí que el tsunami que azotó las costas del océano Índico -causó casi medio millón de muertos, según la ONU- era una "señal de Alá" para castigar a los que se dedicaban a "la fornicación y a las perversiones sexuales" en esa región del mundo.
Trece años después seguía en la misma línea. En diciembre de 2017, ante las cámaras de la televisión kuwaití Al Resala, Al Fawzan instaba, por ejemplo, a los musulmanes, a no felicitar ni participar, haciendo un regalo, en las fiestas de los cristianos empezando por la Navidad. "¿Cómo podríamos asociarnos a una fiesta religiosa inspirada en un dogma perverso rechazado por el Corán?", se preguntaba antes de pedir que se diera la espalda a los cristianos.
Otras declaraciones suyas denostando a la mujer incitaron a la rama andaluza de Unión Progreso y Democracia (UPyD) a formular hace un año una queja ante el Consejo Audiovisual de Andalucía. Este organismo elaboró entonces una resolución de siete páginas sobre los contenidos de Córdoba Televisión, casi todos ellos de marcado carácter religioso. Los títulos de los programas eran reveladores: Tardes de Ramadán, Mi primer ayuno, Musulmanes por España, Viernes de Ramadán, Minaretes etcétera. Concluyó, no obstante, que tras analizarlos "no se hallaron alusiones ofensivas a otras confesiones ni a los no creyentes, ni contenidos que incitaran al odio o a la intolerancia (…)".
El Consejo Audiovisual sí puso, en cambio, pegas a la utilización por el canal saudí de "múltiplex no asignados", es decir que se colaba en la TDT sin la correspondiente licencia. Nunca ni la comunidad autónoma andaluza ni el Ministerio de Industria trataron, sin embargo, de impedir las emisiones de Córdoba Televisión.
La programación de Córdoba Televisión no estaba en línea con los anatemas del jeque Al Fawzan, pero tampoco estaba exenta de resbalones desafortunados. Said Alilech, imán y presidente de la Asociación de Jóvenes Musulmanes de España, criticó, por ejemplo, en 2015, en su programa Consultas islámicas, a los musulmanes suníes que frecuentaban la fundación chií Alulbeyt que acababa de abrir sus puertas en Madrid. "Su creencia [de los chíies], su fe, sus bases ideológicas son contradictorias no solo con la doctrina suní, sino con los fundamentos musulmanes", afirmó. En definitiva, aquellos que se arriman a los chiíes no son buenos musulmanes.
Tras el cierre de Córdoba Televisión sólo queda una cadena de un país islámico que emite en español las 24 horas, la iraní Hispan TV. Inaugurado en diciembre 2012 por el entonces presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, el canal pone poco el énfasis en la religión y mucho en la política. Es "una arma de lucha ideológica", explicó el propio Ahmadineyad, contra potencias como Estados Unidos y Arabia Saudí que ha logrado cierta audiencia entre los simpatizantes de la izquierda en América Latina.
Se sede está en Teherán, pero desde Madrid la productora 360 Global Media, propiedad del iraní Mahmud Alizadeh, elabora numerosos programas. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, anima una tertulia semanal, Fort Apache, dedicada, con frecuencia, a la actualidad política internacional.
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